¿Podcast True Crime? Un formato en crecimiento

En la última década, el género true crime ha dejado de ser un fenómeno de nicho para convertirse en uno de los motores principales del crecimiento del podcasting a nivel global. Los datos más recientes muestran que el interés por los crímenes reales no solo se mantiene vigente, sino que continúa expandiéndose, generando nuevas formas de participación social y transformando la industria del audio digital.

Un fenómeno masivo: cifras que impresionan

El consumo de true crime en Estados Unidos alcanza dimensiones sorprendentes. Según el estudio más reciente de Edison Research, el 84% de la población mayor de 13 años —unos 230 millones de personas— consume contenido de true crime en algún formato: televisión, YouTube, redes sociales, podcasts, libros o radio. De ese universo, el 42% ha escuchado al menos un podcast de true crime, lo que lo posiciona como uno de los géneros más populares y con mayor potencial de crecimiento dentro del ecosistema del audio digital.

El avance en la última media década es especialmente llamativo. La audiencia semanal de podcasts de true crime en EE. UU. se ha triplicado en solo cinco años: de 6,7 millones de oyentes en 2019 a más de 19,1 millones en la actualidad. Este crecimiento acelerado ha ido acompañado de una diversificación de la oferta, con cientos de nuevos títulos y formatos que exploran desde casos históricos hasta crímenes contemporáneos sin resolver.

¿Por qué atrae tanto el true crime en formato podcast?

Las razones detrás del auge del true crime en podcasts son variadas y complejas, y los datos del informe ayudan a entender el fenómeno:

  • Misterio y suspenso: El 50% de los oyentes señala que disfruta resolviendo misterios y experimentando la tensión narrativa que caracteriza al género.
  • Interés psicológico y científico: Un 49% se siente atraído por la psicología criminal y un 48% por la ciencia forense que se expone en los casos.
  • Educación y prevención: El 37% escucha estos podcasts para aprender cómo mantenerse seguro o entender mejor el funcionamiento de la justicia criminal.
  • Compromiso social: Un 47% cree que estos contenidos pueden ayudar a resolver casos sin resolver, un 46% valora que se compartan las historias de las víctimas y un 44% considera que contribuyen a la justicia y la concienciación.

El formato podcast, además, favorece la escucha intensiva: el true crime es el género más propenso a la “escucha compulsiva”, con un 92% de oyentes que han consumido varios episodios seguidos. La voz cercana del narrador y la posibilidad de escuchar en cualquier momento y lugar potencian la conexión emocional y la inmersión en las historias.

Más allá del entretenimiento: activismo y participación

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es el alto nivel de compromiso de los oyentes de true crime en formato podcast. No se trata solo de un consumo pasivo: quienes siguen estos programas son significativamente más activos que los consumidores de true crime en otros medios. Por ejemplo:

  • Son 4,4 veces más propensos a compartir un caso para promover la concienciación.
  • Tienen 3,3 veces más probabilidades de aportar pistas o información relevante para la resolución de un caso.
  • Son 3,6 veces más propensos a donar dinero a causas relacionadas y 1,8 veces más a firmar peticiones vinculadas a los casos que escuchan.

Este compromiso ha tenido resultados tangibles. Un caso emblemático ocurrió en 2021, cuando dos oyentes del podcast Crime Junkie ayudaron a reabrir el caso de James Reyos, condenado erróneamente por un asesinato en 1981, al descubrirse pruebas no analizadas gracias a la presión generada por la comunidad de oyentes.

El giro hacia el “victim-centered true crime”

En los últimos años, se observa una clara tendencia hacia un enfoque más ético y centrado en las víctimas. El 77% de los oyentes de podcasts de true crime afirma que estaría más interesado en consumir contenidos que prioricen la dignidad y la voz de las víctimas, sus familias y las comunidades afectadas. Este cambio implica una narrativa más responsable y menos sensacionalista, que busca crear conciencia, movilizar recursos y apoyar causas sociales.

Las productoras líderes del género han respondido a esta demanda. Por ejemplo, Audiochuck ha donado más de 8,5 millones de dólares a más de 150 organizaciones sin ánimo de lucro y ha impulsado campañas de apoyo directo a víctimas y familiares. Así, el enfoque victim-centered se traduce en historias que no solo informan y entretienen, sino que también generan impacto social tangible.

Oportunidades y retos para el futuro

El informe de Edison Research, identifica varias oportunidades de crecimiento para el true crime en formato podcast:

  • Convertir consumidores de true crime en oyentes de podcasts: En Estados Unidos, 48 millones de personas que consumen true crime en otros formatos, pero no en podcasts. Los temas locales, los casos de alto perfil y el análisis psicológico son los ganchos más efectivos para atraerlos.
  • Innovación narrativa: La audiencia demanda historias más profundas, con investigación periodística, testimonios de víctimas y análisis de contexto social y legal.
  • Expansión internacional: Aunque el informe se centra en EE. UU., la tendencia es global, con potencial de crecimiento en mercados hispanohablantes y europeos.

Sin embargo, el género enfrenta retos éticos importantes: evitar la revictimización, el sensacionalismo y el uso irresponsable de datos personales. El equilibrio entre el rigor periodístico, la empatía y la responsabilidad social será fundamental para el futuro del true crime en el podcasting.

El auge del true crime en formato podcast es mucho más que una moda: representa una transformación profunda en la forma de consumir, producir y participar en historias criminales. El género ha evolucionado hacia una plataforma de activismo, educación y apoyo a las víctimas, marcando un antes y un después en la cultura mediática contemporánea. Su futuro dependerá de la capacidad de creadores y oyentes para seguir innovando, comprometiéndose y, sobre todo, escuchando con empatía y sentido crítico.

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